Mujeres de más de 40 años
Han tenido éxito en su carrera profesional como directiva, gerente o dueña de su empresa.
Tienen familia, matrimonio e hijos.
Frustración por tener que responsabilizarse de la carrera profesional y de las cargas familiares.
O han dejado su carrera profesional de lado al formar una familia y ahora sienten un vacío interior y, además, se sienten mayores al no haber cuidado su salud/físico.
Ya no tienen tanta ilusión por su propósito de vida.
Se preocupan mucho por sus padres aún vivos y su bienestar. También por el porvenir de sus hijos que están en la universidad o dejando la casa paterna, a la vez que sienten el síndrome del nido vacío.
La relación con su compañero se ha convertido más en una fuente de problemas que en un factor de placer, amistad y proyección personal y profesional.
Se comparan profesionalmente con directivos más jóvenes, y se sienten mayores, con miedo a no estar a la altura, lo que les hace centrarse más en el trabajo y descuidar otras áreas de su vida.
Tienen estrés crónico, al que se han acostumbrado, con niveles de ansiedad altos y lo afrontan con mecanismos de evasión como beber, fumar, sexo, tv, drogas ilegales, etc.
Han tenido éxito profesional, pero no sienten felicidad porque para ello han tenido que forzar muchas cosas y actuar desde la ira y el autoritarismo.
Se relacionan con personas en su mismo nivel socioeconómico, colegas, por ejemplo: barbacoas en el jardín. Y se fían de las recomendaciones que les hacen estas personas. Su imagen y aceptabilidad social son muy importantes. Por ejemplo: no comen ni beben por placer, sino para cumplir con lo que se espera de ellos, viajan mucho, pero quizá no conocen/disfrutan de los lugares que visitan.
Consumen productos y servicios de cuidado corporal/ropa/estética que se adapten a su autoexpresión/apariencia, se apuntan al gimnasio/yoga, buscan coaching empresarial, intentan mostrar una casa que les haga sentir cómodos/como un refugio seguro y que sea expresiva de ellos y de su posición social.