Hay propietarios que desconfĂan de las inmobiliarias.
Piensan que todas quieren llenarse los bolsillos a su costa.
Y puede que tengan razĂłn.
Yo soy Daniel Hombrados y vendo pisos.
También los alquilo, pero de eso te hablaré luego.
El caso es que vendo pisos y los vendo a mi manera.
Tras trabajar en una agencia de cuyo nombre no quiero acordarme, entendĂ por quĂ© la mayorĂa de propietarios prefieren vender los pisos de forma particular.
A pesar del trabajo, tiempo y riesgo que eso supone.
Asi que decidĂ ponerme por mi cuenta y hacer lo que nadie hacĂa:
Dar un buen servicio.
Mira.
SĂ© que tu casa es especial.
SĂ© el esfuerzo que has llevado a cabo para comprarla.
Sé que entre estas paredes han ocurrido miles de vivencias a lo largo de los años.
Y sé que te cuesta desprenderte de ella.
Pero si has dado el difĂcil paso de ponerla a la venta, toca hacer las cosas bien.
No la cagues.
Porque a la hora de vender tu vivienda tienes 3 opciones.
Tres.
Y dependiendo de qué opción elijas, estarás más cerca o más lejos de cagarla.
Las 3 opciones:
Encargarte tĂş directamente.
Le haces 4 fotos como buenamente puedas y la publicas en cualquier portal inmobiliario con un precio superior al del piso de ese vecino que te cae tan mal.
Como cabecera del anuncio escribes “ABSTENERSE AGENCIAS” y entonces empiezas a recibir únicamente llamadas de esas agencias a la que les has dicho que se abstuvieran.
Pero de los clientes… ni rastro.
Pensar que todas las inmobiliarias son iguales.
Le dejas el piso a 10 agencias diferentes sin firmar nada.
Entre ellas la de debajo de tu casa, esa que siempre que pasas están los comerciales en la puerta fumando y dándote la murga.
Tras varios meses perdiendo el tiempo y quemando oportunidades te das cuenta de que la flauta no termina de sonar.
Y que la única llamada que recibes es para que bajes el precio… otra vez más.
Acudir a un profesional que sepa darle valor a tu vivienda.
Hablar con ese especialista que sabe enfocar la venta para encontrar al cliente ideal.
Porque no todos los compradores son iguales.
Porque para casa hay un comprador ideal.
Porque el misterio de todo esto es encontrar ese comprador que nada más cruzar la puerta ya se vea viviendo ahĂ.
Ese comprador que sonrĂa al recorrer cada espacio de la casa y se emocione al ver como la luz entra por la ventana e inunda las estancias.
Ese comprador que no se pase toda la visita poniendo pegas a cada cosa que le enseñas para tratar de hacerte creer que tu casa vale mucho menos de lo que pides y luego hacerte una oferta insultantemente baja.
Y hay especialistas que sabemos donde está ese comprador.
Esta es mi especialidad
Dar valor a tu vivienda y hacer que la gente sepa apreciarla.
Saber localizar ese comprador especial.
Tener todo el proceso de venta bajo control.
Optimizar el tiempo y no perderlo con gestiones que no aportan nada.
Mira.
No vivo de aparentar ni de marear la perdiz.
Ni tengo escaparate que decorar ni quiero pasarme el dia dando vueltas a la M30 como pollo sin cabeza.
NO.
Por eso solo trabajo una cartera de inmuebles muy exclusiva.
Por eso solo trabajo con los clientes selectos.
Solo trabajo con propietarios que entienden que un buen agente inmobiliario aporta un valor diferencial en la venta.
Con propietarios que confĂan plenamente en mi trabajo.
Con propietarios cuyos objetivos e intereses coinciden con los mĂos.
Porque cuando propietario y agente van en el mismo barco el Ă©xito esta garantizado.
Ahora que tú y yo estamos en el mismo equipo, déjame un mensaje con tu nombre, email y teléfono y yo me encargo de vender tu casa.