Nuestro planeta necesita menos GEI, menos agua sucia y recuperar la biodiversidad para seguir siendo un lugar maravilloso para vivir. Nuestra visión en Algemy es desarrollar una proteína sostenible, saludable, económicamente viable y deliciosa que pueda ampliarse para satisfacer las necesidades de ese planeta. necesidades. Para ello confiamos en las microalgas y ¡tenemos la misión de liberar todo su potencial!
Las microalgas son conocidas por su rápida tasa de crecimiento. Además, pueden convertir la luz solar en biomasa de manera muy efectiva, lo que resulta en un rendimiento fotosintético muy superior al de las plantas terrestres. Se cultivan en agua y aceptan una variedad de condiciones, desde estanques al aire libre hasta reactores cerrados, por lo que no provocan erosión ni degradación del suelo. Además, no requieren del uso de pesticidas.
Pero no solo evitan daños, sino que también aportan beneficios directos. Como absorben dióxido de carbono atmosférico durante su crecimiento, pueden ayudar en la mitigación del cambio climático. Y, al ser más resilientes a los efectos adversos del clima, son una fuente ideal para la seguridad alimentaria.
Los modelos de consumo de las últimas décadas han provocado un desequilibrio eco-social. Las microalgas, como fuente sostenible e inagotable de ingredientes funcionales y activos, tendrán un papel protagonista en la recuperación del equilibrio en sectores tan importantes como la alimentación, la cosmética y el cuidado de las plantas.

Tenemos la firme certeza de que los ingredientes a base de microalgas acabarán por ser omnipresentes y serán una solución viable para un amplio abanico de industrias que necesitan máxima eficiencia con mínima huella.

Las microalgas revolucionarán la alimentación, reinventarán la cosmética y permitirán respirar al planeta.

Las microalgas están en el origen de la vida y fueron responsables del “boom” de la biodiversidad. Son todo función y una fuente de proteína de alta concentración y máxima calidad. Contienen todos los aminoácidos esenciales, ácidos grasos omega 3, vitaminas y minerales. Son capaces de auto nutrirse y protegerse de la radiación. Además, su cultivo es sostenible. Son un super alimentos y una fuente de compuestos bioactivos incalculable.
Hace unos 2400 millones de años sucedió algo en la Tierra que lo cambió todo. O, mejor dicho, que lo inició todo. Cuando la atmósfera estaba aún compuesta principalmente de dióxido de carbono, metano y vapor de agua, un grupo de cianobacterias precursoras de las microalgas fueron capaces de empezar a generar oxígeno. Esas vidas primigenias y autosuficientes fueron el primer eslabón de la evolución hacia una vida tal y como la conocemos hoy. Inventaron la fotosíntesis, inyectando oxígeno en la atmósfera y posibilitando la generación de la capa de ozono. Al entrar en simbiosis con otras células, se dio la aparición de unas microalgas que colonizaron todos los ambientes (marinos, dulceacuícolas, terrestres) y se convirtieron en la base de la alimentación de una vida más compleja, provocando así un “boom” en la biodiversidad. Son, por tanto, el invento más revolucionario que se ha dado en el planeta, capaces de condensar el carbono, producir oxígeno y alimentar la vida en la Tierra.


Inhala, y hazlo siendo consciente de que, si hoy puedes, es gracias a unas microalgas que son el origen de nuestro maravilloso planeta, aquel que se sustenta por delicados equilibrios que hoy corren el riesgo de romperse. Es hora de actuar.
Si nos referimos al planeta, es imposible hablar de ausencia de vida. Hasta en el punto más árido del desierto del Sahara se puede encontrar tapices de cianobacterias, lo que indica que ese “origen” del que hemos hablado podría repetirse constantemente. En otras palabras: no podemos acabar con la vida en el Tierra, pues es más fuerte que la humanidad. Pero nosotros sí somos prescindibles: cada conducta poco sostenible es un autoboicot.


Cuando pensamos en contaminación o en actividades poco sostenibles, nos viene rápidamente a la cabeza la energía, el transporte o los plásticos. Sin embargo, la manera en que nos alimentamos tiene un gran impacto en nuestro planeta. Es muy probable que la mayor fuente de proteínas de tu alimentación provenga de origen animal. Así lo es para la mayoría. Sin embargo, el aumento de la población y de consumo de carne por persona han provocado que la proteína animal, como principal fuente de proteínas, sea insostenible. El número de animales que se sacrifican anualmente se ha multiplicado por diez desde la década de los 60. El 16% de los gases de efecto invernadero provienen de la industria de la alimentación animal, el 75% de las tierras agrícolas y más del 50% del agua potable se usan para cultivar alimentos para animales de consumo humano.


La carne siempre ha estado en nuestra pirámide alimentaria, pero ahora hemos roto el equilibrio. Un balance que, en realidad, no era tan fácil de romper. Ha llegado el momento de encontrar alternativas y restaurar ese equilibrio.
Las microalgas no tienen apenas estructura, son todo función. Contienen hasta el 70% de su peso en proteínas de máxima calidad (con todos los aminoácidos existentes) y altas concentraciones de vitaminas y ácidos grasos omega 3. Son, por tanto, un superalimento, completo y saludable. También, las microalgas son 100% autónomas: no sólo generan su propio alimento, sino que también son capaces de crear mecanismos de protección, curación y regeneración, y por tanto, están repletas de ingredientes bioactivos.

Además, el proceso de cultivo y extracción de las microalgas es rápido, económico y ecológico: no necesita pesticidas ni antibióticos, capturan CO2 y, según el proceso elegido, requieren mínimas cantidades de agua dulce.

Ahora que ya sabes que la solución existe, te vamos a explicar cómo aplicarla.